Pues si, vaya día de caza. Nada mas llegar al campo, saco mi mochila, me pongo mi canana, me cuelgo la mochila y saco mi escopeta, ¿y mi gorra, donde esta mi gorra? Empezamos bien, me e dejado la gorra en casa y como no pega ya el sol, anda que no me queda na!!. Emprendo la marcha cazando por una corriente muy buena y a unos 200 metros, me sale el primer conejo, el cual es bastante listo y no me dio tiempo ni de echarme la escopeta a la cara, a los pocos metros otro, mas de lo mismo, fue tan rápido en meterse en la cueva, que tampoco me dio tiempo en poderlo tirar. Pues anda que la mañana empieza bien, el tercero casi que lo piso y no salía, lo dejo correr un poco, le pego un tiro y a rodar ¡vaya conejo! Tendría que ser el tatarabuelo de todos los conejos de esa zona, era más grande que una liebre. Sorpresa de la mañana, veo bajando un cabezo y dirección hacia donde yo estaba, cuatro zorros juntos cazando a plena luz del día, me lleve por lo menos 20 minutos viéndolos alrededor de mí, hasta que los espante. Ya de vuelta al coche para hacer la primera parada y refrescarme un poco, vi otro conejo un poco lejos y decidí tirarlo y acerté en el primer tiro. Al llegar al coche, me di cuenta que avía perdido las llaves del mismo ¡joder! ¿Y ahora que? Pues nada a buscar las llaves por el mismo camino que hice, lo hice todo completo y no encontré las llaves, ya la calor apretaba bastante y encima el agua la tenia dentro del coche, estaba sudando a chorros, no me lo podía creer de como había perdido las llaves, me dispuse a hacer el recorrido que hice pero al revés, llegué otra vez al coche y nada, menos mal que el móvil lo llevaba encima y pude llamar a mi concuñado para que viniera a recogerme y traerme agua. Al poco tiempo llego, me dio dos litros de agua, la cual solo dejé medio litro y me dijo que diéramos otra vuelta, que cuatro ojos ven mas que dos, pero yo ya no estaba por la labor, estaba muy cansado y de tantísimo tiempo mirando al suelo, casi que estaba mareado, pero al final logro convencerme. Nos dirigimos hacia donde estuve cazando y a unos cien metros desde donde empecé, se las encontró, salí corriendo hacia él para comérmelo a besos, pero él corría mas que yo. En fin, que al final del todo no se dio tan mal la mañana, podría haber sido peor, jajajajajajajajaja......
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