11 de octubre, primera batida en Pagos de Sierra (Paymogo) La mañana pinta muy mal, esta lloviendo y con pintas de no dejar, me dirijo a la peña montera para charlar con los amigos y tomar el “cafelito” con una buena “tostá”, los amigos no tienen muy buena cara, tanto tiempo esperando este momento y se pone a llover, son las 10 de la mañana y no deja, ¿que hacemos? ¿Damos la batida o no? Unos dicen que si, otros que no, si sigue lloviendo, yo no voy, pues no me voy a coger una “mojá” 11 de la mañana, aparece un claro y decidimos poner rumbo a la mancha en cuestión que se iba a dar, se sortean los puestos y a preparar las puertas. Me toca la puerta numero 4, buena vista y con un buen claro por si entra algún bicho.
No hay que esperar mucho para escuchar las primeras ladras y al poco tiempo, la primera puerta esta tirando, los nervios ya están a flor de piel, acto seguido empieza a disparar la segunda puerta y varias veces seguidas, la tercera también empieza a disparar y en uno de ellos se escucha gruñir a un cochino, uno de los tiros a sido certero, al poco tiempo, sin hacer ruido, me esta entrando un jabalí, es chico, soltando las rayas, pienso en no tirarlo, pues puede ser el lazarillo de alguno grande y viene abriendo campo, pero después de un pequeño periodo de tiempo no aparece ninguno y me decido a tirarlo en cuanto llegue al claro, nada mas asomar le pegue el primer tiro y no le corte ni un pelo, en el segundo tiro pego un gruñido y un revolcón por el suelo pero sigue este corriendo y me doy cuenta que el tiro a sido trasero y que tiene el jamón bien manchado de sangre, en un tercer disparo tampoco logro cortarle ni un pelo y ya de culo y con poca visibilidad debido a su pequeño tamaño, le pegue tres tiros mas y es en él ultimo cuando le partí una mano y se refugio en la corriente, dentro de unas junqueras. Unos 20 minutos mas tarde apareció Mateo con su reala de perros, le comente que se viniera hacia donde yo estaba para que “achuchara” los perros a la corriente para cobrar el cochino, pues sabia que estaba vivo y nada mas decírselo un podenco cogió el rastro y se fue directo a la junquera, ladra un par de veces y de momento llegaron todos los perros y es cuando entra en acción “Kile” un bóxer de fuertes mandíbulas, que lo engancha por el cuello hasta que no le queda ni un hilo de vida.
Sobre una hora después, sentado en el rocho, me sorprendió un zorro que me entra por detrás y solo me dio tiempo para cortarle un tiro antes de entrar en la corriente, le hago señas al compañero, para saber si lo a visto salir por algún lado y me responde que no y en uno de los momentos le veo aparecer la cabeza entre la maleza y después de tres tiros logre abatirlo.
Pues nada mas, acto seguido puso fin la batida, todos a recoger las reses muertas y poner rumbo a la peña montera para contar las experiencias vividas y una buena comida. La batida se finalizo con un recuento de 7 jabalís cobrados.
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